»Nuestras cerezas crecen hasta el horizonte. Y más allá«, ríe nuestro recolector Ismael Moreno. Ya sean de España, Italia, Turquía, Alemania, Chile o Argentina, nuestras cerezas sólo proceden de regiones de cultivo en las que se sienten como en casa.
Esto se hace con mucho cuidado dejándole el tallo para evitar que se sequen. Este debe ser verde, como una señal infalible de frescura.