Un nuevo año comienza
exótico y dulce…

Un supermercado en enero. Normalmente que Óscar Salgado viaja con el sol. Hoy está en Perú, mañana en España y así sucesivamente. Óscar es gestor de calidad en SanLucar y el responsable de que nuestra fruta sepa como recién traída del campo. Pero hoy está en una misión exótica con nosotros. Los mangos, aguacates y piñas son el centro de atención porque uno de los buenos propósitos del año nuevo para muchas personas es comer más ligero y fresco. ¿Pero de dónde vienen realmente éstos frutos exóticos? ¿Y qué los hace tan especiales? Óscar nos lo explica. »Por ejemplo, estos mangos de aquí«, dice, tomando una fruta del expositor. »Este viene de Perú y es simplemente celestial.« Para probarlo, lo pela y nos ofrece un trozo. »Mirad«, dice entusiasmado, »el color y este olor y además sin fibras«.

Los responsables de este exótico dulzor son los agricultores que dejan que la fruta madure al sol más tiempo de lo habitual y se aseguran de que siempre se riegue con moderación, pero de forma adecuada. Y como son tan delicados, se cosechan y se empaquetan a mano.

»Todos nuestros frutos maduran de forma completamente natural. Respetamos el tiempo de maduración del fruto sin acelerar su proceso natural«, explica Óscar, dirigiéndose a los aguacates.

»Estos vienen de España y son muy cremosos y de sabor ligeramente a nuez.« Los agricultores comprueban regularmente el contenido de grasa de la fruta in situ. Sólo cuando es perfecto se permite a los recolectores separar suavemente los aguacates de los tallos. »Así se evita que se forme moho«, explica nuestra guía. Y terminando el pequeño tour de frutos exóticos, nos encontramos con las dulces reinas tropicales que yacen junto a las naranjas. »Ah, la piña, esa es una gran fruta. Dulce, jugosa, refrescante, es puro sol«, opina Óscar. Nos explica que disfrutan del clima cálido y húmedo de Costa Rica durante 12-14 meses antes de venir aquí a las tiendas. Mucho más tiempo del habitual. Por último, nos dice Óscar: »Todo ocurre aquí en armonía entre el hombre y la naturaleza. Y eso se saborea«.