Taranto, Apulia, 13 de julio de 2018
¿Pero quién nos recibe con esa sonrisa llena de encanto italiano? Ni más ni menos que Antonio, hijo de Vito, sobrino de Gianni, bisnieto de… o sea, otro de los brillantes retoños de la famosa familia Giuliano. Llevan generaciones dedicados a cultivar las especialidades de uva más deliciosas. Y al decir “deliciosas”, en realidad nos quedamos cortos, porque son dulces como ninguna, tiernas como ninguna, crujientes como ninguna… tanto, que a uno solo queda arrodillarse extático ante las vides de Giuliano y cantar al son de una mandolina.
No obstante, Antonio intenta quitarnos esa idea de la cabeza, seguramente porque teme que le estropeemos la cosecha.
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