Chips de manzana Opal®

Chips de manzana Opal®

Quienes nos conocen, saben que en SanLucar nos encanta la diversidad. Manzanas, plátanos, tomates, pimientos… todo nos gusta, no queremos perdernos nada. Pero muchas veces se nos pasa por alto una cosa: que casi todos los frutos, además de cocinarlos, hornearlos, o comérnoslos tal cual, podemos deshidratarlos y quedan riquísimos. ¿Sabíais que es la manera más antigua de conservar la fruta? En los últimos tiempos parecía que se nos había olvidado, pero como cada vez hay un mayor interés por la alimentación saludable, la fruta seca se ha vuelto a poner de moda. Al fin y al cabo, las rodajas de manzana no solo les encantan a los niños. ¿verdad? 😉 Y como es muy sencillo hacerlo en casa, queremos compartir con vosotros unos cuantos consejos. ¡Seguro que lo pasaréis pipa preparándola!

Por supuesto que podríais extender un cordel en vuestra casa, colgar láminas de fruta en él y esperar a que se sequen. Pero para acelerar el proceso de reducción de agua (hasta el 20 % aproximadamente), nos hemos decidido por hacerlo en el horno. En principio es muy sencillo: precalentar el horno a 40 ºC, colocar las láminas de fruta o verdura en la parrilla de horno cubierta con papel vegetal y dejarlas secar unas 4 o 5 horas a 60-70 ºC. Y para que os salga a la primera, aquí tenéis un par de trucos:

No todas las frutas y verduras resisten el proceso de deshidratación igual de bien. Para ir sobre seguro, os recomendamos que empecéis con manzanas, peras, ciruelas, uvas, fresas, kiwis, cerezas, plátanos, dátiles, pimientos, tomates, berenjenas o aceitunas. Tenéis que elegir frutos maduros sin zonas estropeadas.

Antes de introducir la fruta o verdura en el horno, os recomendamos que la peléis y le quitéis el corazón. A continuación, cortadla en láminas finas: ¡cuánto más finas, mejor! Así se secarán antes. Las frutas pequeñas como las uvas o las fresas simplemente hay que cortarlas por la mitad o a cuartos. La fruta de color claro también es recomendable rociarla con unas gotas de zumo de limón para mantener su color claro y apetitoso.

Una vez preparada la fruta, disponed las láminas en la parrilla de manera que estén unas junto a las otras, pero que no queden superpuestas. Mientras se están secando en el horno, girarlas de vez en cuando. Para que puedan secarse del todo, es mejor dejar la puerta del horno ligeramente abierta; para ello podéis colocar una cuchara o un corcho en el resquicio.

Una vez secas, no las pongáis inmediatamente en el recipiente donde vayáis a conservarlas. Dejad que se enfríen y se sequen al aire durante un par de días. Entonces podéis ponerlas en tarros con cierre hermético. Como mejor se conservan es en un lugar oscuro, fresco y seco. ¡Que aproveche!

 

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