Siempre que Jaco va al huerto de permacultura de nuestra finca sudafricana Rooihoogte, se le acelera el corazón. Y es que le encanta reencontrarse con las plantas, la fruta y la verdura, las aromáticas, y por supuesto, con el gallo Alphonso. Él viene cada día, riega, cosecha, alimenta al gallo y comprueba que todo está en orden. Hace un año lo aprendió todo sobre los huertos de permacultura en un taller, y acto seguido, con gran entusiasmo se lanzó a trabajar los caballones de nuestra finca.
Hoy Jaco está especialmente contento porque tiene compañía. Su compañera Griet de Bruyn ha anunciado su visita con su equipo de 30 recolectoras. Quieren ver qué es exactamente un huerto de permacultura. Jaco dirige al grupo por la huerta, es decir, básicamente salta entre los caballones y anima a las visitantes a sentir el huerto con los cinco sentidos: oler las hierbas aromáticas, tocar los frutos, oír cómo zumban las abejas. En cuestión de minutos, Jaco ya ha transmitido al grupo su pasión por la naturaleza. No hay nadie que no esboce una sonrisilla mientras pasea por el huerto.
¿Pero qué es en realidad un huerto de permacultura? Permacultura significa trabajar con la naturaleza, y no en su contra.
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