Las ganas de comer algo dulce comienzan ya en el desayuno. ¿A quién no le cuesta resistirse a un croissant recién horneado con mermelada de fresa? A mediodía acabamos nuestra comida con un postre y, de vez en cuando incluso picamos algúna chuchería durante la tarde. Se acabó estar bajos de ánimo, porque supuestamente el azúcar nos pone de buen humor. E incluso por la noche, cuando estamos frente al televisor, nos invaden de nuevo las ansias de comer algo dulce. Tanto azúcar no puede ser saludable. Y eso sin contar que los refrescos y platos precocinados contienen una gran cantidad de edulcorantes dañinos para la salud. Las consecuencias de un consumo excesivo de azúcar son sobrepeso, enfermedades cardiovasculares, dolor articular y, según muchos estudios, también diabetes tipo 2.
Está claro: cuando se trata de azúcar, menos es más. Más salud, más vitalidad y más calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud recomienda no tomar más de 25 gramos de azúcar al día; no es mucho, si tenemos en cuenta que un yogur de frutas ya puede contener esta cantidad.
Pero, ¿cómo conseguimos desengancharnos de esa dulce “droga”? No es tan difícil. Aquí os dejamos un par de consejos:
A los refrescos, los zumos de fruta y las bebidas light, mejor ni acercarse. El agua, el té sin edulcorar o el agua fresca con zumo de limón son mucho mejores. En días calurosos o cuando realicéis esfuerzos físicos, tomad al menos 2,5 litros.
Está claro: cuando se trata de azúcar, menos es más. Más salud, más vitalidad y más calidad de vida. La Organización Mundial de la Salud recomienda no tomar más de 25 gramos de azúcar al día; no es mucho, si tenemos en cuenta que un yogur de frutas ya puede contener esta cantidad.
Pero, ¿cómo conseguimos desengancharnos de esa dulce “droga”? No es tan difícil. Aquí os dejamos un par de consejos:
A los refrescos, los zumos de fruta y las bebidas light, mejor ni acercarse. El agua, el té sin edulcorar o el agua fresca con zumo de limón son mucho mejores. En días calurosos o cuando realicéis esfuerzos físicos, tomad al menos 2,5 litros.
Desterrar los dulces de nuestra casa es la mejor manera de evitar caer en la tentación.


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