En nuestra finca Rooihoogte en Sudáfrica viven cerca de 200 personas: se trata de nuestros empleados y sus familias. Dado que la finca se encuentra en medio de la imponente naturaleza sudafricana, no resulta nada fácil desplazarse todos los días al pueblo más cercano para abastecerse de alimentos frescos. Por ello, nuestros empleados y empleadas compran principalmente alimentos envasados o en conserva. Y los dulces, que suelen tener un largo periodo de conservación, hacen las delicias de grandes y pequeños. Esto era algo que queríamos cambiar. Llevar una alimentación saludable en la que abunden la fruta y la verdura frescas es muy importante y contribuye a la salud y el bienestar de nuestros empleados y sus familias. Por ello, bajo la dirección de una persona experta, hemos puesto en marcha un huerto de permacultura, concebido para que se cree un ciclo natural sostenible y en el que siempre haya algo rico para cosechar. Una parte de la cosecha de nuestro huerto se vende a bajos precios en una tienda autogestionada, pero la mayor parte va a parar directamente a la cocina de nuestra guardería en Rooihoogte. Allí pasó un par de días nuestra compañera Adriana, que participa en nuestro programa de voluntariado internacional.
Ella y las cocineras estuvieron pensando qué deliciosos platos podían preparar con la fruta y la verdura de nuestro huerto de permacultura y, entre otras cosas, han cocinado hojas de col rellenas con verdura. ¡Menuda delicia! Ni que decir tiene que este plato fue directo al menú de la guardería. El objetivo de nuestro pequeño curso de cocina es mostrar lo variado que puede ser cocinar con verdura fresca y lo ricos que les saben estos platos a los más pequeños de Rooihoogte. Así que podemos decir: ¡objetivo cumplido! Porque al final todos acabaron con la barriga llena y súper felices: tanto las criaturas como las cocineras.
 Dejar un comentario