«¡Míralas! ¿No tienen mis pequeñas un aspecto estupendo?» El viticultor Vito Giuliano llama cariñosamente a las nuevas variedades de uva “sus pequeñas”. Las trata como a sus propios hijos. «Son muy dulces», dice mientras se come unas uvas. Las uvas son la pasión de Vito, se podría decir que son su vida. Ahora en su cuarta generación, la familia, cerca de la ciudad italiana de Bari, se dedica a cultivar deliciosas uvas, y siguen igual de imaginativos que el primer día.

En esta soleada tarde de junio, Wil Lemmer está junto a Vito. En SanLucar, Wil es el responsable de gestionar nuevas variedades. Selecciona las frutas más prometedoras, organiza los campos en los que hacen pruebas junto a los agricultores, comprueba y evalúa los resultados. «Wil y yo somos como unos investigadores al servicio del buen gusto», dice Vito y se ríe. Wil Lemmer: «Soy el obstetra de las nuevas variedades en SanLucar. Al final, es un esfuerzo de equipo hecho de sol, experiencia y aún más pasión».
Lo que parece simple a primera vista, lo es sólo a veces. Se necesita mucha paciencia, inversión y años de trabajo de desarrollo para crear buenas variedades.
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