Cuando recorremos nuestras plantaciones de frambuesas y arándanos en primavera, nuestros corazones se llenan siempre de alegría.
Es cuando las plantas están repletas de frutos de color rojo intenso y azul plateado y esperamos una abundante cosecha.
«Tienes que tratar las bayas con gran sentimiento. Sólo entonces serán deliciosas y llegarán así a casa del cliente», dice el recolector Alfonso García cogiendo una frambuesa roja oscura de la planta con sumo cuidado y llevándosela a la boca con placer. Nuestras bayas crecen en armonía con el hombre y la naturaleza. Ayudamos a ahorrar agua con un sistema de riego por goteo muy preciso.
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